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miércoles, 5 de agosto de 2009

La virgen de Guadalupe ante la ciencia

La ciencia no deja de asombrarse, sobre los descubrimientos que se hacen en la imágen de la Virgen de Guadalupe.

De acuerdo con el canon católico, la Virgen de Guadalupe se apareció cuatro veces a Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac. Tras una cuarta aparición, la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga. Juan Diego llevaba en su ayate unas rosas —flores que no son nativas de México y tampoco prosperan en la aridez del Tepeyac— que cortó en el Tepeyac, según la orden de la Virgen.

Juan Diego desplegó su ayate ante el obispo Juan de Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de Santa María, morena y con rasgos indígenas. Las mariofanías habrían tenido lugar en 1531, ocurriendo la última el 12 de diciembre de ese mismo año, aunque el relato canónico de las apariciones del Tepeyac —el Nican mopohua— fue publicado en 1649 en el marco de un resurgimiento del culto a la imagen guadalupana que se encontraba en retroceso desde principio del siglo XVIII.

Les traemos un resumen de las investigaciones, llevadas a cabo sobre la figura, "impresa" milagrosamente "impresa" en un manto que llevababa el aborigen Juan Diego Cuauhtlatoatzin el 9 de junio de 1531.

1.- La tela es de hechura extremadamente grosera, muy poco apropiada para pintar sobre ella. La fibra de maguey que constituye la tela de la imagen, no puede perdurar mas que 20 o 30 años. Hace varios siglos se pintó una réplica de la imagen en una tela de fibra de maguey similar, y la misma se desintegró después de varias décadas. Mientras tanto, a casi 500 años del milagro, la imagen de María sigue tan firme como el primer día. La ciencia no se explica el origen de la incorruptibilidad de la tela, un verdadero fenómeno inexplicable.

2.- En el año 1791, mientras un orfebre limpiaba el marco del cuadro, se vuelca accidentalmente ácido muriático (en proporción de un 50% de ácido nítrico y 50% de ácido clorhídrico) en el lado superior derecho de la tela produciendo un agujero de cerca de 10 centímetros. En un lapso de 30 días, sin tratamiento alguno, se reconstituye milagrosamente el tejido dañado.


3.- No se ha descubierto ningún rastro de pintura en la tela.

El Ingeniero Richard C. Kuhn, premio Nobel de Química en 1938 y director de la sección de química del Kaiser Wilhelm Institut de Heidelberg (Alemania), hizo análisis químicos en dos fibras del ayate (roja y amarilla) en los que se pudo constatar que la imagen no tiene colorantes naturales, ni animales ni mucho menos minerales y en aquella época no existían los colorantes sintéticos.

Estudios científicos no logran descubrir el origen de la coloración que forma la imagen, ni la forma en que la misma fue pintada. No se detectan rastros de pinceladas ni de otra técnica de pintura conocida.

4.- El 22 de diciembre de 1981 el padre Mario Rojas descubre en el Observatorio Laplace de la ciudad de México que las estrellas visibles en el Manto de María reflejan la exacta configuración y posición que el cielo de México presentaba en el día en que se produjo el milagro. Las estrellas del manto corresponden al Solsticio de invierno del día 12 de diciembre de 1531 que pasó por México a las 10.26 de la mañana o sea que a esa hora Juan Diego desplegó el poncho y en esa hora de ese día los astrónomos han comprobado tal acontecimiento.

– En el lado izquierdo del manto de la Virgen (a nuestra derecha porque la vemos de frente) se encuentran “comprimidas” las constelaciones del sur.

– Cuatro estrellas que forman parte de la constelación de Ofiuco (Ophiucus).

– Abajo se observa Libra y a la derecha, la que parece una punta de flecha corresponde al inicio de Escorpión (Scorpius).

- Intermedias con la porción inferior, se pueden señalar dos de la constelación de Lobo (Lupus) y el extremo de Hidra (Hydra).

– Hacia abajo se evidencia la Cruz del Sur (Crux) sin ninguna duda, y a su izquierda aparece el cuadrado ligeramente inclinado de la constelación de Centauro (Centaurus)


– En el lado derecho del manto de la Virgen se muestran las constelaciones del norte.

– En el hombro, un fragmento de las estrellas de la constelación de Boyero (Bootes), hacia abajo a la Izquierda le sigue la constelación de la Osa Mayor (Ursa Maior) en forma de una sartén. La rodean: a la derecha arriba, la cabellera de Berenice (Coma Berenices), a la derecha abajo, Lebreles (Canes Venatici), a la izquierda Thuban, que es la estrella más brillante de la constelación de Dragón (Draco).

- Por debajo de dos estrellas (que todavía forman parte de la Osa Mayor), se percibe otro par de estrellas de la constelación del Cochero (Auriga) y al oeste, hacia abajo, tres estrellas de Tauro (Taurus).

– De esta manera, quedan identificadas en su totalidad y en su sitio, un poco comprimidas, las 46 estrellas más brillantes que rodean el horizonte del Valle de México.

5.- A inicios del siglo XX, exactamente el 14 de noviembre de 1921, un hombre obrero, el pedrero Luciano Pérez Carpio un español anarquista, escondió una bomba de alto poder entre un arreglo floral, el cual colocó a los pies de la tilma. La explosión destruyó todo alrededor, menos la tilma, que permaneció en perfecto estado de conservación.

6.- La ciencia descubrió que los ojos de María poseen los tres efectos de refracción de la imagen de un ojo humano. En 1929, Alfonso Marcué, quien era el fotógrafo oficial de la antigua Basílica de Guadalupe en la ciudad de México, descubrió lo que parecía una clara imagen de un hombre con barba reflejada en el ojo derecho de la Virgen. Desde entonces, el misterio de esas pupilas interroga a la ciencia.

Mas de 20 años después, el 29 de mayo de 1951, el dibujante mexicano José Carlos Salinas Chávez, luego de examinar una buena fotografía de la cara de la imagen, redescubre la imagen de lo que parece ser un busto humano reflejado en el ojo derecho de la Virgen, y luego también en el ojo izquierdo.

El médico oftalmólogo mexicano Dr. Javier Torroella Bueno, el 27 de marzo de 1956, en lo que constituye el primer reporte emitido por un médico sobre los ojos de la imagen, él certifica la presencia del triple reflejo (Efecto de Samson-Purkinje) característico de todo ojo humano normal vivo y afirma que las imágenes resultantes se ubican exactamente donde deberían estar según el citado efecto, y también que la distorsión de las imágenes concuerda perfectamente con la curvatura de la córnea.

Ese mismo año otro oftalmólogo, el Dr. Rafael Torrija Lavoignet, examinó sin la protección del cristal los ojos de la imagen, con mas detenimiento y con la utilización de un oftalmoscopio, confirmando el hallazgo del Dr. Torroella y reportando la aparente figura humana en las córneas de ambos ojos, con la ubicación y distorsión propias de un ojo humano normal, notando además una inexplicable apariencia "viva" de los ojos al ser examinados.

7.- En los estudios realizados por el Dr. Javier Torruela, a los ojos de María, ha detectado también que al acercarle la luz, la retina se contrae y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, exactamente como ocurre en un ojo vivo.





8.- En 1979, el Dr. José Aste Tönsmann, peruano graduado de Ingeniero Civil en la Universidad Nacional de Ingeniería del Perú y graduado en Ingeniería en Sistemas e Investigación de Operaciones de la Universidad de Cornell de Estados Unidos, trabajando en la IBM Corporation como Jefe del Centro Científico de la IBM de la capital de México (autor del libro: Los ojos de la Virgen de Guadalupe), aplicando el procesamiento digital de imágenes, llevándole dos años de trabajo intensivo, publicó sus últimos estudios efectuados sobre los ojos en la tilma con completos detalles y fotografías.

Por medio de la computadora en forma digitalizada, al procesar las imágenes de los ojos por diversos métodos para eliminar "ruidos" y destacar detalles el Dr.

Tonsmann, realizó lo que serían increíbles descubrimientos:

No solamente era claramente visible en ambos ojos el "busto humano", sino también por lo menos otras cuatro figuras humanas eran también visibles en ambos ojos. En los ojos de María (de tan sólo 7 y 8 mm) se descubrieron diminutas imágenes humanas, que ningún artista podría pintar. Son dos escenas y las dos se repiten en ambos ojos. La imagen del obispo Zumárraga en los ojos de María fue agrandada mediante tecnología digital, revelando que en sus ojos está retratada la imagen del indio Juan Diego, abriendo su tilma frente al obispo. ¿El tamaño de ésta imagen? Una cuarta parte de un millonésimo de milímetro.

El Dr. Aste Tönsmann confirma el descubrimiento de al menos 13 figuras humanas en ambos ojos: un indio que despliega una tela ante un religioso, un franciscano en cuyo rostro se desliza una lágrima, un hombre con la mano sobre la barba en señal de admiración, otro indio en posición de rezar, así como algunos niños y varios franciscanos más.





9.- El 7 de mayo de 1979 los científicos y miembros de la N.A.S.A., Jody Brant Smith, profesor de estética y de filosofía en el Pensacola College (autor de los libros: The Image of Guadalupe, The Guadalupe Madonna: Myth or Miracle?), y Philip Serna Callahan, biofísico de la Universidad de Florida y especialista en pintura (autor del libro: The tilma under infra-red radiation: An infrared and artistic analysis of the image of the Virgin Mary in the Basilica of Guadalupe (Guadalupan studies)), analizan la tilma afirmando que el material que origina los colores no es ninguno de los elementos conocidos en la tierra y además sin encontrar pintura en el original de la imagen, al parecer numerosas partes de la imagen actual, como los rayos solares, las estrellas o la fimbria del manto son el resultado de diferentes retoques que la imagen habría sufrido a lo largo de su historia.

Sin embargo, la imagen original no contenía materia pictórica y tampoco se apreciaban pinceladas ni trazos que explicaran la formación de la misteriosa imagen. Estudiando la tilma, tomando fotografías con rayos infrarrojos, descubrieron con sorpresa que no había huella de pintura y que el tejido no había sido tratado con ningún tipo de técnica. Y han demostrado cómo la imagen cambia ligeramente de color según el ángulo de visión, un fenómeno que se conoce con el término de iridiscencia, una técnica que no se puede reproducir con manos humanas. De hecho, a una distancia de 10 centímetros de la imagen, sólo se ve la tela de maguey en crudo: los colores desaparecen. Es imprescindible alejarse para ver la imagen de María.

Los científicos han hecho pasar un rayo láser en forma lateral sobre la tela, detectándose que la coloración de la misma no está ni en el anverso ni en el reverso, sino que los colores flotan a una distancia de tres décimas de milímetro sobre el tejido, sin tocarlo. Los colores flotan en el aire, sobre la superficie de la tilma pero sin tocarla. ¿Te parece sorprendente?

10.- El comentario del acontecimiento en la Basílica de Santa María de Guadalupe.

El Comunicado del Dr. Jean-Pierre Dickès, Presidente de la Asociación Católica de las Enfermeras y Médicos Profesionales de Salud (Francia), el 1 de mayo de 2007, se acompañaba de un comentario en español, incluida algunas fotografías del acontecimiento ocurrido el 24 de abril de 2007 en la Basílica de Santa María de Guadalupe en México, el mismo día después de la decisión del Consejo Municipal de esta ciudad de Legalizar el Aborto a Pedido hasta la semana 12 de gestación, el cual estaba prohibido hasta ese momento.


El Padre Luis Matos, Superior de la Comunidad de las Bienaventuranzas (Mexico), envió las fotografías presentadas aquí desde México.

He aquí la traducción resumida: "Al final de la misa ofrecida para los niños abortados no nacidos, la asistencia a la Basílica se preguntaba en que esperaba de ella la muy Santa Virgen de Guadalupe." Mientras que mucho fieles tomaban fotografías del ayate de Tepeyac, expuesto y venerado en la Basílica y al pie del cual la muchedumbre de los peregrinos enmaraña sobre una alfombra que rueda, la imagen del Virgen comenzó a borrarse, para dar lugar a una luz intensa que emanaba de su vientre, constituyendo un halo brillante teniendo la forma de un embrión. Con un encuadre y un engorde importante es posible apreciar la posición de la luz que procede realmente del vientre de la imagen Virgen y no es ni un reflejo, ni un artefacto.

El ingeniero Luis Girault que estudió la imagen así realizada y confirmó la autenticidad del negativo y pudo precisar que no se había modificado ni alterado, por superposición de alguna otra imagen por ejemplo. Descubrió que la imagen no procede de ningún reflejo, sino que sale literalmente del interior de la imagen de la Virgen. La luz producida es muy blanca, pura e intensa, diferente de los atisbos fotográficos habituales producidos por los flashes. Esta luz se rodea con un halo y parece flotar al interior del abdomen del Virgen. Este halo posee la forma y las medidas de un embrión. En efecto si se examina más concretamente aún esta imagen haciéndola volver en un plan sagital, se distinguen al interior del halo algunas zonas de sombra que tienen las características de un embrión humano en el seno maternal.

















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